La reforma pro salud:
Una cuestión de equilibrio
Adoptar actitudes extremas puede tener graves consecuencias.
ALLAN HANDYSIDES, KATHLEEN KUNTARAF, PETER LANDLESS Y STOY PROCTOR
A mediados del año 2002, dos adventistas fueron acusados de homicidio involuntario por la muerte de su hijo de seis meses. Un jurado compuesto por siete mujeres y cuatro hombres los halló culpables de "dejar de proveer a las necesidades básicas para la vida durante tres meses antes de que el niño muriera" (Tony Stuckley, "Parents of Baby Caleb Found Guilty of Manstaughter, New Zeland Herald (5 de junio de 2002)).
Lo lamentable es que la muerte fue totalmente innecesaria. Y más perturbador es que la conducta que terminó en esta muerte fue supuestamente fundamentada en el mensaje de salud adventista. Al momento de los hechos, estos padres pertenecían a un grupo llamado White Horse Ministry (Ministerio del caballo blanco). Ellos dicen seguir "las creencias de la profeta adventista Elena de White" (Bridget Carter, "Preophet's Messsage Cost Baby His Life", New Zeland Herald (7 de junio de 2002)).
El caballo blanco
Durante el juicio, se aclaró que el infante había estado enfermo durante meses. Los padres, al ser entrevistados, expresaron que son adventistas y vegetarianos estrictos. Ellos se "abstienen de comer pescado, carne y productos lácteos". Lo más serio para su hijo fue que impidieron que el niño reciba una inyección de vitamina B12, no dejaron que reciba atención médica y, por tanto, encubrieron esta situación a las autoridades.
El juez, Justice Harrsion, dijo que esa era una evidencia indiscutible de que se le había dicho a la pareja que, sin tratamiento médico, el niño moriría.
El fundador de White Horse Ministry, también entrevistado por el mismo diario, dijo que los miembros de su grupo siguen un vegetarianismo estricto, y comen sólo "alimentos puros con abundancia de nutrientes". Ellos "evitan la carne, los productos lácteo y el azúcar", y dicen que los seres humanos deben comer "solo frutas, granos y nueces". Desdichadamente, algunos creen que esta es la postura oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día con respecto a al dieta. Todo el conjunto de creencias adventistas acerca del estilo de vida se encuentra bien detallado en el libro EN ESTO CREEMOS: Compendio de las enseñanzas de los adventistas del séptimo día.
Recomendaciones de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
En lo que se refiere a la dieta, la Iglesia Adventista recomienda una dieta ovo-lacto-vegetariana (vea SDA Encyclopedia [1996], t. 10, p. 459). Por otro lado, el vegetarianismo no es un requerimiento para la membresía de la iglesia. El propósito de todos los principios de salud es que, como cristianos, alabemos a Dios y le rindamos honor por media de nuestro estilo de vida. La muerte de ese pequeño no cumplió con ese propósito.
¿Cómo hemos llegado a esta posición? La Iglesia Adventista ha sido bendecida desde su concepción por las visiones y el liderazgo inspirados de Elena de White. El estilo de vida adventista que ella promovió ha llevado a que la salud de los adventistas como grupo sea superior a la de las comunidades en las que viven (Adventist Health Study). Gran parte de este éxito es el resultado de los aspectos positivos de confiar en nuestro Padre celestial, el ejercicio, el aire fresco, la luz solar, un adecuado descanso, el agua pura, la temperancia y la abstinencia del tabaco, el alcohol y otras drogas, al igual que una dieta vegetariana.
De la pluma de Elena de White
Desde que se le mostró a Elena de White que una dieta saludable debe evitar las carnes, los adventistas han buscado una dieta ovo-lacto-vegetariana. Los primeros adventistas, y la misma Elena de White, descubrieron que esta dieta no era fácil de seguir. Muchos lucharon para proveerse de los nutrientes esenciales. Esta lucha fue dificultada por las posiciones extremas planteadas en el periódico de salud, el Health Reformer (El reformador de la salud). Durante aproximadamente dos años, las contribuciones de Rusell Trall y los seguidores de Sylvester Graham, quienes no eran adventistas ni inspirados, fueron muy restrictivas. Algunas de sus recomendaciones continúan haciendo eco en los pasillos del adventismo, con su fuerte censura a la sal, el aceite, los condimentos, etc. Fue en respuesta a tales mensajes que Elena de White escribió: "Tengo algo que decir con referencia a los extremos acerca de la reforma pro salud. La reforma pro salud llega a ser una deformidad, que destruye la salud, cuando se la lleva a los extremos." (Consejos sobre el régimen alimenticio [Buenos Aires, Asociación Casa Editora Sudamericana, 1969], p.238).
En la misma carta, ella escribió: "Aunque yo descartaría la carne como perjudicial, algo menos objetable puede emplearse, y esto se encuentra en los huevos. No omitamos de la mesa la leche ni prohibamos su uso al cocinar el alimento" (Ibid., pp 238,239). Es difícil encontrar una instrucción más explícita que esta. Su consejo siempre fue evitar las posiciones extremas y mantenerse en el "centro". Ella advirtió acerca de los peligros de adoptar posiciones extremas; y cuando el Dr. Kress estaba muriendo, su vida fue salvada por las cartas oportunas que los instaban a ingerir leche y huevos. Podemos observar que el tema no es nuevo. En El ministerio de curación, ella escribió: "Los que entienden debidamente las leyes de la salud y se dejan dirigir por los buenos principios, evitan los extremos, y no incurren en la licencia ni en la restricción... Procuran conservar todas sus facultades en la mejor condición posible para prestar el mayor servicio a Dios y a los hombres" (El ministerio de curación, [Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1990], p. 246).
En el tomo 9 de los Testimonios, leemos que los "huevos contienen ciertas propiedades que obran eficazmente contra determinados venenos" (Testimonios para la iglesia [Miami, Florida, Asociación Publicadora Interamericana, 1998] t. 9 p.130). Este fue un consejo profético dado antes de que la vitamina B12 haya sido descubierta.
Ella continúa: "Algunos, al abstenerse de la leche, huevos y mantequilla, no proveyeron a su cuerpo una alimentación adecuada y como consecuencia se han debilitado e incapacitado para el trabajo... La obra que nos hemos esforzado por levantar sólidamente se confunde con las extravagancias que Dios no ha ordenado, y las energías de la iglesia se ven estorbadas" (Ibíd.).
Es incongruente que, en busca de salud, surjan anemias, deficiencias de vitamina B12 y muertes como la de ese niño en Nueva Zelanda. Claramente, este es el tiempo para que revisemos nuestras enseñanzas y recomendaciones. En la misma página en que Elena de White escribió acerca de dietas que debilitan o incapacitan, ella reconoció que "llegará el tiempo cuando tal vez tengamos que dejar algunos de los alimentos que usamos ahora, como la leche, la crema y los huevos; pero no necesitamos crearnos dificultades por restricciones prematuras o exageradas. Esperemos que las circunstancias lo exijan y que el Señor prepare el camino". (Ibíd).
Es totalmente entendible que los adventistas que esperan el regreso del Señor sientan que el tiempo es corto. Pero el mandato es que las circunstancias exigirán estas "restricciones".
Esta dieta vegetariana no fue dada para acarrear "perplejidad", sino que es una respuesta para el tiempo final de prueba, y el Señor preparará el camino para esto.
La iglesia todavía recomienda oficialmente la dieta ovo-lacto-vegetariana. Esta es la dieta apoyada y practicada por Elena de White. Se hace de ella un falso profeta cuando se le atribuyen enseñanzas que ella nunca dio.
La necesidad de la vitamina B12
Existen muchos que creen que el tiempo de angustia está sobre nosotros, y eliminan la leche y los huevos de su dieta. Existen muchos más, igualmente devotos cristianos adventistas, que creen de otra manera. Cuando la iglesia necesite promover el vegetarianismo estricto, no habrá muertes como consecuencia de esta medida, ya que el Señor "preparará el camino". La dieta vegetariana estricta puede ser muy satisfactoria cuando puede hacerse uso libre de suplementos y alimentos fortificados con vitamina B12. Desgraciadamente, el uso frecuente de esos suplementos no siempre ha sido remarcado. Es importante destacar que una dieta que depende de la industria farmacéutica no es recomendable globalmente, en especial en los territorios donde no existen los recursos necesarios para adquirir esos suplementos. La Iglesia Adventista es una iglesia global, y como tal debe ministrar a un ámbito global, teniendo en cuenta las circunstancias mundiales.
Es tiempo, de ser honestos con nosotros mismos, con las investigaciones científicas y con nuestros miembros. La manera manipuladora en que algunos utilizan los datos para probar que una dieta únicamente a base de plantas contiene vitamina B12 es, a veces, poco menos que deshonesta. Cualquier vitamina B12 en los productos vegetales representa la contaminación bacterial y fecal de las plantas. Decir que uno no se debe cepillar los dientes para permitir el crecimiento bacterial de la flora dental, con el fin de que produzca algo de vitamina B12 es engañoso, anti-higiénico y poco saludable.
Ciertamente, cientos de adventistas mejorarán su salud al evitar la carne y adoptar una dieta ovo-lacto-vegetariana, especialmente cuando se consume leche descremada y sólo tres a cinco huevos por semana. No está tan claro que adoptar la así llamada dieta vegetariana (estricta, sin leche y huevos) sea tan beneficioso. De hecho, estos eventos muestran los riesgos significativos que surgen cuando la dieta vegetariana no está acompañada de suplementos diarios de vitamina B12, calcio y vitamina D.
Las consecuencias de la información errónea
La iglesia podría ser responsable legalmente si promoviera una dieta restrictiva que condujera a la morbosidad y la mortalidad. El reconocimiento de esta posibilidad debería hacer que los administradores y los promotores de salud de todas partes consideraran los efectos de sus palabras y acciones. La complicidad en la promoción y la enseñanza de dietas restrictivas en las comunidades ya limitadas en su disponibilidad de una nutrición bien balanceada implica responsabilidad moral y legal.
No somos salvos por la dieta, ni por el apego a la conducta recomendada como ideal. Nuestra salvación es por medio de Jesucristo. Su gracia y su compasión por los enfermos se manifiesta siempre en tolerancia y un trato sin críticas hacia los demás. En nuestro ministerio de salud, busquemos emular a Jesús y reflejar su imagen.
Allan Handysides es médico y director del ministerio de salud de la Asociación General; Kathleen Kuntaraf y Peter Landless, también médicos, son sus asociados, y Stoy Proctor es director de Educación para la Salud de la Asociación General.
(Extraído de Revista Adventista, Asociación Casa Editora Sudamericana, Mayo 2003, pp. 26-28)